Sin duda, la inteligencia artificial es una realidad que llegó para quedarse, sin embargo, aún no se han diseñado ni establecido las bases éticas que nos permitan usar de manera adecuada muchos de los avances de esta área del conocimiento. Siento que contar con un marco ético ayudaría a enfrentar los problemas que -indudablemente- surgirán con el uso de la inteligencia artificial, que de manera paulatina está re configurando la forma en cómo la humanidad se desarrolla y desenvuelve.
Estoy pensando, específicamente en el Chat GPT una nueva herramienta que es capaz de redactar todo tipo de documentos, ensayos, cartas, presentaciones. Es capaz de componer canciones, de resolver exámenes, dilemas. En definitiva es capaz de entregar las respuestas y los productos que se le solicite sin limites.
Por ejemplo, en el campo educativo con Chat GPT los estudiantes podrán entregar un resumen de Cien Años de Soledad, sin siquiera haber tocado el libro y menos haberlo leído. Podrán entregar un ensayo, sin haber adquirido los conocimientos necesarios para la elaboración de dicho documento. Podrán escribir una carta, sin haber adquirido la capacidad de redactar u aprender a concatenar ideas, justificarlas y/o defender posturas.
Como resultado del uso de esta aplicación, tendremos una suerte de dos versiones de estudiantes que coexistirán de manera paralela en un mismo cuerpo. Por lado, la faceta capaz de sacar notas sobresalientes con la presentación de tareas hechas con "ayuda" de Chat GPT o similares, y la otra versión será un estudiante con grandes vacíos, incapaz - no sólo- de elaborar los documentos requeridos en la escuela sino que tendrá un vocabulario pobre, no contará con destrezas de análisis ni tendrá posturas personales que defender. Tendrá un conocimiento básico, de un centímetro de profundidad.
Los estudiantes que tendremos (si usan esta herramientas en su proceso formativo) serán incapaces de cultivar virtudes tales como el esfuerzo, creatividad, autonomía, excelencia, y ni que se diga de la veracidad o confiabilidad.
A manera de información, decir que Chat GPT fue creado por OpenAI, empresa fundada por Elon Musk y Sam Altman en 2015 y sin duda, será la primera de muchas otras herramientas similares. La demanda de esta herramienta ha sido impresionante. En su primer mes se registraron10 millones de usuarios cada día.
Cerrando esta columna, vuelvo a lo planteado al inicio. Urge la necesidad de iniciar conversaciones y reflexiones profundas que ayuden a establecer marcos éticos para poder usar estas herramientas de la manera más favorable, y de no ser así, no me cabe la menor duda, que estaremos enfrentando desafíos nunca antes vistos, pues el conocimiento sobre cómo funciona la inteligencia artificial es prácticamente nulo. Personalmente, me inquieta el saber que esta inteligencia se auto alimenta, mejorando de manera constante y creciente, sin el apoyo o voluntad de un ser humano. Hay cosas que las va haciendo a partir de auto construcción y potenciamiento sin esencia moral.
Comparto mi preocupación y la certeza de que la calidad de los procesos de aprendizaje de los niños (si no se pone un límite) será significativamente afectada.
*Co fundadora y Directora Ejecutiva de Mundo de Virtudes –
https://mundodevirtudes.wordpress.com/2023/03/27/inteligencia-artificial-desafios-morales/
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